Cuando Rayden empezó a hacer música hace dos décadas, en sus propias palabras, solo buscaba tener una nueva afición que compartir con sus amigos. Ahora, mucho tiempo después, a través de una carrera plagada de éxitos pero, sobre todo, de constancia, visión y una forma de entender el rap como un género fluido, capaz de mutar en muchos otros, ha conseguido que su música sea una referencia el panorama español que comparte con muchos miles de amigos, sus fans.

Hay muchas formas de celebrar veinte años en la música. Por la que ha optado Rayden es la publicación de su tercer libro, "Cantinela", que recoge las letras de sus cien canciones publicadas hasta el momento y un épico concierto en el WiZink Center de Madrid en el que repasó casi la mitad de las canciones de su repertorio que tocó con su banda en directo durante más de tres horas. Se nos ocurren pocas formas mejores.

Con todo ese trasfondo detrás, Rayden viene a Flashes, el videopodcast de entrevistas de Mondo Sonoro, a charlar con Luis M. Maínez con calma y sin pelos en la lengua sobre su dilatada trayectoria, la falsa equiparación entre rap y poesía, la evolución del rap y su salto al mainstream y las criticas y reconocimientos que ha vivido a lo largo de su carrera. Solo unos días antes del concierto en el WiZink, Rayden también habla de los nervios antes del directo y de qué significa un evento así para un artista de Alcalá de Henares que saltó a la fama poco a poco, sin perder nunca el foco, y que es un ejemplo de que en la música no es todo inspiración e improvisación. La planificación y el esfuerzo son capitales.