El hermano que cambió su mitad de Domino's por un Volkswagen

Jan 17, 2022 · 8m 54s
El hermano que cambió su mitad de Domino's por un Volkswagen
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Tom y James Monaghan no tuvieron una infancia fácil. Nacen en los años 30, y siendo niños, su padre fallece. Su madre no tiene capacidad para hacerse cargo de ellos,...

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Tom y James Monaghan no tuvieron una infancia fácil. Nacen en los años 30, y siendo niños, su padre fallece. Su madre no tiene capacidad para hacerse cargo de ellos, así que se ve obligada a dejar a sus hijos en un orfanato católico gestionado por monjas polacas.

El verdadero protagonista de la historia es Tom. No es un gran estudiante, pero sí muestra talento para las matemáticas. Cierra su etapa escolar sin pena ni gloria, pero sí despierta en él el deseo de ir a la universidad. Pero en ese momento no se ve aún preparado, así que se alista en el ejercito.

En 1960, tras tres años como Marine, regresa a Michigan, con las ideas más claras, y ya con la intención de estudiar Arquitectura. Pero como no tenía suficiente dinero para pagar la carrera, decide montar un negocio que le permita lograr ingresos. Se alía con su hermano, y compran una pequeña pizzería, DomiNicks (los dueños se llamaban Dominic y Nick), que está al lado del campus universitario. Les cuesta 900 dólares.

Gestionaban el negocio entre los dos hermanos, a turnos. Y creían que tenían una gran idea entre manos para triunfar: repartir las pizzas a domicilio gratis. Hoy cualquier negocio ofrece llevar su comida a la puerta de tu casa, pero a principios de los 60 esto era todo un descubrimiento. El problema es que no tenían el sistema pulido del todo, y el negocio no acababa de arrancar.

James, que aún mantenía su trabajo de cartero, se desanima y decide venderle su mitad del negocio a su hermano. Como no tiene suficiente dinero, Tom le ofrece a cambio el Volkswagen Beetle de segunda mano que utilizaban para los repartos a domicilio. Y quedan en paz. Tom se queda el 100% de la pizzería y James un coche de segunda mano.

Ya al frente del negocio en solitario, Tom empieza a tomar decisiones importantes para el negocio. Insiste en los envíos a domicilio, elimina el servicio de atención en las mesas, y suprime todos los platos del menú que no estuvieran relacionados con las pizzas. Se centra al 100% en la elaboración y reparto de las pizzas.

Ahí ya el negocio empieza a funcionar, y Tom adquiere otras dos pizzerías más en los alrededores del campus universitario. En ese momento, el dueño original de DomiNick's le pide que deje de usar ese nombre, así que Tom, a partir de un comentario de un repartidor, decide llamar a sus pizzerías Domino's. Y crea un logo que es una ficha de dominó con tres puntos, que representan a los tres locales que en aquel momento tiene la compañía.

El negocio empieza a hacerse popular, las ventas son excelentes, así que Tom decide franquiciar sus pizzerías para seguir creciendo. Entre 1965 y 1968 inauguran 8 locales franquiciados, siempre mirando que estuvieran cerca de centros universitarios, una tendencia que ha tratado de mantener hasta nuestros días. En 1970, diez años después de fundar la compañía, ya cuentan con más de 200 establecimientos.

En su apuesta constante por la innovación, desarrollan un sistema para hacer las cajas de pizza más rápido y más resistentes, con carton más gordo, que facilita que las pizzas se mantengan calientes más tiempo, no se estropéen con el envío, y además permite apilarlas, permitiendo más repartos en cada viaje. Era el nacimiento del reparto de pizza moderno.

Apasionado del marketing, en 1973 lanzan una campaña rompedora: si no te entregan la pizza en media hora, te sale gratis. Fue un éxito publicitario para la marca. Tanto, que se acabó convirtiendo en eslogan de la compañía. La medida se prolongó hasta los 90, cuando fue retirada debido a las múltiples quejas sobre la conducción temeraria de los repartidores para poder cumplir el objetivo.

Con sus sitema de entrega optimizado, y con la fama que había ido ganando, las tiendas empiezan a expandirse por todo Estados Unidos. Se reparte el podio del sector con Pizza Hut y Little Caesars Pizza.

En 1983 la compañía, con más de 1.000 establecimientos, da el salto al exterior, y abre sus primeras franquicias en el extranjero, en concreto, en Canadá y en Australia. Sería la primera de muchas. En los siguientes años abren locales en Japón, Haiti, República Dominicana, India, Colombia, México... eran imparables.

Por aquella época Tom Monaghan ya era inmensamente rico. Tenía barcos, una colección de coches clásicos, incluyendo un Bugatti Royal por el que pagó 8 millones de dólares, un avión, obras de arte... y hasta se compró el equipo de baseball de Detroit, los Tigers, que un año después ganaron las series mundiales.

Apasionado de la arquitectura, recordemos que en un principio todo nace para financiar el estudio de esa carrera, es un gran seguidor de Frank Lloyd Wright, construye la sede de Domino's a imagen y semejanza de su obra. También Tom inicia la construcción de una mansión siguiendo el mismo estilo.

Pero a finales de la década de los 80 se produce el despertar religioso de Tom Monaghan. Se replantea su estilo de vida, la acumulación de riqueza, el ego... "Me di cuenta de que si el mayor de los pecados es el orgullo, yo era el más pecador del mundo", contó. Paralizó la construcción de su mansión, que hoy sigue a medio construir, vendió el equipo de baseball, precisamente a su rival, el dueño de Little Caesar Pizza, se deshizo de sus barcos, su avión, su coche...

Mientras la compañía seguía creciendo a un ritmo increíble, hasta alcanzar los 1.000 establecimientos en el mundo en 1995, Tom seguía planteándose su estilo de vida. Así, en 1998, decide vender la compañía a un fondo de inversión por 1.000 millones de dólares.

Desde entonces, dedicó su vida a promover causas católicas, haciendo especial hincapié en los movimientos provida, a los que ha donado millones y millones de dólares. También promueve la asistencia diaria a misa, la confesión y el rezo del rosario. Ha fundado colegios católicos por todo Estados Unidos, y también dos universidades. Hasta cuenta con un fondo de inversión centrado inversiones católicas y labores humanitarias. A sus 84 años, ha donado más de 500 millones a organizaciones católicas, y sigue comprometido a gastar toda su fortuna en estos movimientos.

Ya sin Tom, Domino's no dejó de crecer. En 2004 empezó a cotizar en bolsa. Hoy en día cuenta con más de 6.000 pizzerías en Estados Unidos y unas 15.000 en todo el mundo. Da trabajo a casi 300.000 personas. Y es una de las cadenas de franquicias más grandes y más rentables que existen.

¿Y qué fue de James? Después de vender su parte de Domino's a cambio de un Volkswagen Escarabajo, siguió trabajando como cartero durante unos años. En los 70 empezó a trabajar como guardia de seguridad, y después como electricista en un distrito escolar, hasta su jubilación. Falleció en 2020.
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