Hoy en Tiempo de Clásicos nos sumergiremos en la obra de Ravel y una de sus obras de juventud, su famoso Cuarteto de cuerda, compuesto en 1902 siendo estudiante del Conservatorio de París y dedicada a su maestro Gabriel Fauré.

Esta obra no tuvo la recepción esperada y su propio maestro Fauré, criticó duramente el último movimiento, al que consideró, “poco equilibrado, raquítico y un absoluto fracaso”.

Pese a ello, este cuarteto se convirtió en un clásico del género. Cualquier cuarteto de cuerdas del mundo con una carrera prolongada, tendrá este cuarteto en su repertorio o lo habrá estudiado en alguna ocasión, y sin duda es una de las piezas que más veces ha sido interpretada.

Esta obra tiene una estructura común en el género, y se puede percibir la influencia de sus dos principales modelos, Fauré y Débussy.

El cuarteto para cuerdas en Fa Mayor de Ravel se estructura en los cuatro siguientes movimientos
I. Allegro moderato
II. Assez vif - Très rythmé
III. Très lent
IV.Vif et agitéI. Allegro moderato

En esta ocasión, esta pieza está interpretada por el cuarteto Goldmund, un cuarteto de músicos alemán, que es una de las formaciones de jóvenes con más proyección dentro de la música de cámara en el panorama mundial. El cuarteto está formado por Florian Schötz, al primer violín, Pinchas Adt, al segundo violín, Cristoph Vandory, a la viola y Raphael Paratore, al violonchelo