La pelea no ha terminado y mi entrenador nunca ha pensado en tirar la toalla porque Él es quien más cree en mí, se la jugó por mí, no me ha abandonado y a pesar de que me he descuidado, he cometido errores, no he obedecido todas sus instrucciones, por una razón que excede mi entendimiento, sigue confiando en mí. Los golpes han sido duros y es que mi adversario pasa factura sin misericordia; pero es extraño…. Después de mi última caída en el centro del cuadrilátero en la que otra vez pensé que todo había terminado al casi perder el sentido, pude percibir que mi adversario está más nervioso que yo. Sin duda, él sabe una verdad que escuché y que ya es hora que asimile. Esta pelea está arreglada a mi favor y lo único verdaderamente imposible es que yo pierda. Aprovecho para volver la mirada a mi Entrenador y lo veo firme siempre apoyándome, seguro de mí y lo escucho con su voz potente y firme, decirme:

No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.

Isaías 41: 10
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
Juan 16: 33

Una vez más vuelvo y me levanto aunque el público en general me dé por perdedor y prácticamente silencien la voz de aquellos pocos, que todavía creen en mí, la verdad es que se me dificulta oírlos, pero sé que están allí, confundidos entre la multitud. La única voz que escucho es la de mi Entrenador aun cuando mi cabeza parece explotar por los golpes de mi adversario que ha aprovechado mi vulnerabilidad, al bajar la guardia y prácticamente cegar mi visión.
“No vamos a dejar esta victoria en la decisión de los jueces que aunque expertos están mirando la pelea fuera del cuadrilátero. Ellos no nunca podrán entender lo que Yo tu Entrenador William he hecho contigo, ellos no estuvieron en cada jornada en la que con paciencia y total dedicación yo te forjé como lo que ya eres y que está a punto de ser manifiesto al mundo entero: ¡Un Campeón!”
“Ellos ignoran el potencial puesto por mí en ti y que tú mismo apenas estás descubriendo porque todas estas experiencias vividas, incluidas las traumáticas solo están trabajando para tu bien”.
“No…. Ellos jamás lo entenderán William así que escucha bien lo que te digo hoy: ¡Solo basta un golpe de fe! Y tú tienes la fe suficiente para no solo derribar a tu adversario sino sacarlo definitivamente del escenario de tu vida”.
“Recuerda bien cada palabra que te he dicho y solo obedece mis instrucciones porque en ti deposité todo el poder para dar ese golpe y sé que lo harás”.
Un golpe de fe en Dios, es todo lo que necesitamos en esta batalla, que aunque parezca y a los ojos de la mayoría está perdida para nuestro Padre Dios está ganada; porque su poder fluirá a través de nosotros para transformar este escenario de maldición en bendición.
Tú y yo podemos haber cometido todos los errores posibles y aún aquellos que quieran atribuirnos en nuestra segura condena así que precisamente por esa razón no vamos a dejar la decisión en manos de terceros, es hora de dar el Golpe de Fe que fundamentado en la obediencia a esa instrucción de nuestro Entrador Personal, desate todo el poder de Dios a nuestro favor
Si las circunstancias de la vida nos han dado duro entonces nosotros les vamos a dar más duro. No por reacción automática sino por obediencia práctica a la palabra dada por Dios y depositada en nuestro nuevo corazón así que puede haber pasado mucho tiempo y todo esté en nuestra contra, pero lo único verdaderamente imposible es que algo o alguien detenga todo el Poder de Dios.
Dios nos libró ya del pecado a través de Jesús, pero solo nosotros podemos librarnos de la incredulidad accionando nuestra fe y es la fe lo que agrada a Dios. Declaro que su poderosa Palabra que está viva y es eficaz se despierta en nuestro interior para dar ese Golpe de Fe en el que está nuestra más segura victoria.