Conferencia Cuaresmal 6
Por el Padre Javier Andrés, misionero de Cristo Rey.

Pío XII, en su encíclica HAURIETIS AQUAS (15/02/1952) dice:
1. “La Iglesia siempre ha tenido y tiene en tan grande estima el culto del Sacratísimo Corazón de Jesús
2. La Iglesia lo fomenta, lo propaga, y lo defiende enérgicamente contra las acusaciones del naturalismo y del sentimentalismo;
3. Es muy doloroso comprobar cómo, en lo pasado y en nuestros días, este culto no es tenido en el debido honor y estimación por algunos cristianos.”

Hay muchos fundamentos bíblicos: Os 11

CONCLUSIÓN: el ser humano es peregrino, Dios también se hace peregrino con su Palabra. Como en Emaús, acompaña con su predicación nuestros pasos, enardeciendo nuestro corazón. Así nos dirige hacia el Cielo.

Leemos Jn 19, 31-37.
Recordamos: “He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres y que no ha ahorrado nada hasta el extremo de agotarse y consumirse para testimoniarles su amor. Y, en compensación, sólo recibe, de la mayoría de ellos, ingratitudes por medio de sus irreverencias y sacrilegios, así como por las frialdades y menosprecios que tienen para conmigo en este Sacramento de amor. Pero lo que más me duele es que se porten así los corazones que se me han consagrado”.
Al respecto enseña Pío XI en MISERENTISSIMUS REDEMPTOR (1928) que como algunos del pueblo tal vez desconocen todavía, y otros desdeñan, aquellas quejas del amantísimo Jesús al aparecerse a Santa Margarita María de Alacoque, y lo que manifestó esperar y querer a los hombres, en provecho de ellos…

Nos preguntamos si yo realmente entiendo todo esto, de si mi familia, de si mi parroquia, de si mi comunidad entiende todo esto.

Quiero tener “los mismos sentimientos que Cristo” (Flp 2, 5) -> REPARACIÓN
Por el pecado el hombre agravia a Dios y se hace reo de un castigo.
La reparación tiene que deshacer ese doble efecto: tiene que desagraviar a Dios y tiene que ofrecer algo que sustituya el castigo merecido.
Los pecados pueden ser propios y ajenos; y la reparación puede hacerse por los pecados propios y por los ajenos.
Hay, por lo menos, tres maneras de reparar: reparación negativa, reparación afectiva y reparación aflictiva.

REPARACIÓN NEGATIVA:
-> Procurar evitar las ofensas a Jesucristo.
-> Pero si la cometo, NO asustarnos. NO entrar en depresión.
-> Por supuesto, confesarse.
-> Como actitud general: agradecer al Señor el que haya permitido esa falta en nosotros. Y con ese espíritu manso y sereno, hacer penitencia.
-> Mandar decir una Misa para que se les aplique a ellos las satisfacciones de Cristo.
-> Todo el trabajo que tengamos, por ejemplo, que se ordene a evitar el pecado: la educación, el apostolado, el evitar escándalos…