Lo importante al final es que cada uno establezca sus propios límites priorizando su salud y felicidad y sea consciente de la existencia de estas alarmas pueden alterar la estabilidad de la relación. Además tenemos que recordar que todos tenemos algún tipo de red flag. Y sobre todo, que la clave para frenar estas banderas rojas es la comunicación, además de la disculpa y el compromiso. Porque al fin y al cabo las parejas se pelean y se equivocan pero la responsabilización propia ayuda a reparar algunos problemas.
La firma de Lucía F. Congosto