2 NOV 2024 · Audios UCDM Universal:
Carta 3ª Ahora, comenzamos. Es al buscar, y al pedir, aquello que sea lo más alto, en ti y fuera de ti, como se llega así a lo más alto. Querido Hijo, tú, que has viajado tanto sin Mí, reconoce que ciertamente has llegado a casa de nuevo. Soy El Que Soy. Nunca has estado sin Mí, porque vuestros mundos no son sino un instante de ilusión. Querría hablar contigo, en este tiempo, que es el más glorioso de los tiempos, de Aquello que únicamente es lo Real. Querría hablar contigo de Aquello que únicamente es Vida. Querría hablar contigo sobre Aquello que, únicamente, es lo que puede capacitar, al viajero de mil mundos, para regresar a casa. Querido Hijo, lo que es Real, YO SOY. Lo irreal, no existe. Soy la Luz y la Vida de todo. Mi esplendor no conoce fronteras, mi pureza no está manchada. En ese comienzo sin comienzo, te hice nacer como el pensamiento de perfecto Amor en la forma. Solo esto es lo que tú eres. La tierra es Mi cuerpo. Abrázala, pues te enseñará sobre Mí. El mundo es tu ilusión. No puede enseñarte nada, pues lo que no es Real no contiene conocimiento sobre Mí. Querido Hijo, tu alma es Mi aliento. Cuando te creé, al principio, ya estabas completo. Nunca te has apartado de aquello que fuiste creado para ser. Eres Mi deleite, y en ti reconozco aquello que YO SOY. Tu único pensamiento ha sido este: el de separación de Mí. Sobre esto descansa la creación de milenios de ilusiones. Los mundos que has experimentado, los miedos, las dudas, los esfuerzos, los logros, todo lo que jamás hayas imaginado, o todo lo que hayas hecho o sido, y todo lo que puedas jamás imaginar que podrías ser y hacer, no es sino la imaginación de un instante. Y todo ello reside en ese solo pensamiento. Esto te doy como Camino de Vida: renunciar a ese pensamiento hace que nazca el reconocimiento de lo único Real. Ningún esfuerzo consigue llevar el Hijo al Padre. Ninguna oración ni súplica puede lograrlo, pues esas cosas residen en el mundo de tus creaciones, y así, no albergan nada de Realidad en ellas. Tu viaje no ha sido. Por siempre descansas en Mí, siempre moras en Mí. Lo únicamente Real reside en ti como tu propia alma. Es tu corazón, y verdaderamente puede ser conocido. El silencio es el umbral de esta sabiduría divina. A menudo vendré a ti, a menudo te hablaré, pues te has cansado de viajar. Ahora, estás en casa Conmigo. Repito, para aquellos que elijan escuchar lo que de ahora en adelante va a ser dado: el Camino es fácil, y sin esfuerzo. Pues lo que llega con esfuerzo es de tu mundo, no Mío. Soy reconocido solo cuando eliges entregar, plenamente, el único pensamiento que hayas jamás albergado, pues sobre él se apoya el surgimiento de todos los mundos. Solamente yo, soy el fin del mundo. Aquí reside la paz que va más allá de todo entendimiento. Amén.