20 MAY 2025 · En Bmum acompañamos muchos embarazos, muchos partos, muchas historias. Cada una de ellas merece ser contada. La mayoría terminan con un final feliz, pero hay veces en que el desenlace no es el esperado.
Y cuando eso ocurre, cuando la historia se quiebra sin previo aviso, como equipo también tenemos que recomponernos… y seguir.
Porque hay relatos que dejan una cicatriz invisible en el alma.
Y el de Paloma es uno de ellos.
La pérdida de un bebé durante el embarazo es una de las experiencias más devastadoras que puede atravesar una mujer. No importa cuándo ocurra: siempre deja huella, siempre impacta.
Pero cuando esto sucede en un bebé “a término”, cuando lo tenías todo preparado para su llegada… y, de pronto, te dicen que no hay latido… el mundo se detiene.
Esto ocurre muy pocas veces, pero ocurre. La estadística, tan racional y tan fría, se convierte en nuestra peor enemiga. Porque cuando te toca a ti, da igual que fuera improbable. Te ha tocado. Y duele.
Y aunque sea un tema tabú, difícil, invisible… necesitamos hablarlo. Hay mujeres y familias que lo han vivido, y no podemos dejarles en la oscuridad.
Este episodio nace del deseo profundo de dar voz a quienes han vivido lo improbable, lo devastador. También para honrar y recordar a esos bebés que no llegaron a llorar.
Y también para abrazar a quienes, desde la herida, han tenido el valor de volver a abrirse a la vida.
De confiar, de nuevo, en que algo bueno podía llegar.
Hoy me siento con una mujer valiente, que nos trae una de esas historias que atraviesan la mayor oscuridad, pero que también tienen un final lleno de luz.
Paloma es una “mamá del cielo”, como ella misma se define. Su primer hijo no llegó a respirar. Pero la vida le trajo una nueva maternidad, y su mundo volvió a llenarse de amor. Un “amor compartido”, como ella misma lo llama.
Porque los bebés arcoíris no llegan para llenar un vacío, ni para borrar lo vivido. Llegan cuando el dolor ya forma parte de una historia, y hay espacio para seguir queriendo.
Si estás pasando por un duelo gestacional, si has perdido a tu bebé y no sabes cómo seguir, quiero que sepas algo:
No estás sola.