Evangelios-047 La moneda perdida
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Lucas 15:8-10 Por si los oyentes que se reunían a escuchar y los doctores de la ley que estaban ahí para criticar no habían entendido la parábola de la oveja...
show morePor si los oyentes que se reunían a escuchar y los doctores de la ley que estaban ahí para criticar no habían entendido la parábola de la oveja perdida, Jesús les dio otra historia. Esta vez habló de una señora casada que notó un día que había perdido algo preciado en valor y en simbolismo. Dijo así el Señor.
“¿qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una dracma, no enciende la lámpara, y barre la casa, y busca con diligencia hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas, diciendo: Gozaos conmigo, porque he encontrado la dracma que había perdido. Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.”
En la costumbre de los judíos, una mujer recibía cuando se casaba diez dracmas, monedas que eran parte de la dote y simbolizaban su matrimonio. Perder una moneda no implicaba gran crisis económica, pero sí sentimental. Ella no querría tener el set incompleto. Así que la vemos limpiando por todos los rincones de la casa, buscando diligentemente hasta encontrar la moneda perdida.
Al poco tiempo de habernos casado, David, mi esposo, perdió su alianza de boda. Habíamos estado en diferentes tiendas comprando ropa. En algún momento de la tarde, mi marido se dio cuenta de que no llevaba su alianza en el dedo, pero pens que a lo mejor se la había olvidado en la casa. Esa tarde miró en el coche y en la casa, y al no encontrarla en ningún sitio, llamamos al centro comercial donde habíamos estado para ver si se le había caído ahí. Gracias a Dios, alguien la había encontrado en el suelo de la tienda y la había entregado en caja. Sin duda celebramos con alegría cuando la pudimos recuperar. No estábamos preocupados de encontrar el anillo simplemente por el valor que este tenía. Lo cierto es que no habíamos invertido una gran suma de dinero en esta alianza, pero para mi esposo y para mí, representaba nuestra unión. Estábamos muy contentos de volver a encontrarlo.
Esta señora de la historia, cuando encontró su moneda, llamó a sus amigas y vecinas para celebrar con ellas que había encontrado la dracma que había perdido.
Y así Jesús concluye recordándonos que del mismo modo, hay mucho gozo en el cielo por cada pecador arrepentido. Lo hemos leímos anteriormente; los ángeles tendrán que separar en el gran día del fin a los justos de los pecadores. Por esto, cada vez que un pecador es justificado por su fe en Cristo, los ángeles celebran que esta alma gozará de vida eterna con Cristo. Gracias a Dios por el don de la salvación.
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Author | David y Maribel |
Organization | David y Maribel |
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