Gálatas-117 Libertad en Cristo
Jun 26, 2024 ·
6m 7s
Download and listen anywhere
Download your favorite episodes and enjoy them, wherever you are! Sign up or log in now to access offline listening.
Description
Libertad en Cristo El el capítulo 4 de Gálatas, Pablo lamenta que la relación que había tenido con los creyentes de Galacia se había deteriorado, y los que en el...
show more
Libertad en Cristo
El el capítulo 4 de Gálatas, Pablo lamenta que la relación que había tenido con los creyentes de Galacia se había deteriorado, y los que en el pasado habían admirado al apóstol y lo habían ayudado en su debilidad física, ahora lo despreciaban.
En el versículo 16 Pablo pregunta a los gálatas: “¿Me he hecho, pues, vuestro enemigo, por deciros la verdad?”
Es probable que en alguna ocasión por decir la verdad a alguien, acabemos dañando la relación; y es que la verdad duele. La verdad debe ser dicha, pero con mucho cuidado, porque aún cuando se busca el momento adecuado y se miden las palabras, es posible que la reacción recibida tras decir la verdad no sea la que quisiéramos. Pablo había dejado claro que la ley judía había sido dada al pueblo judío a través de Moisés, como vimos en el Antiguo Testamento. En el capítulo 3 vemos que el propósito de la ley era mostrar la santidad de Dios y el pecado de los humanos, ya que nadie es capaz de cumplir fielmente toda la ley. Cuando no hay normas, no hay infracción, mas cuando se establece una normativa, toda desviación es identificada. Si no hubiera una ley que limitara la velocidad en carretera, no habría multas por exceso de velocidad. Sin la presencia de una ley que prohíba fumar en un espacio público, nadie podría llamarle la atención al que encendiera un cigarrillo. Si no tuviéramos una ley que exige el uso del cinturón de seguridad, no llevarlo sería optativo. Las leyes, por tanto hacen que aquello prohibido o exigido, según sea el caso, defina lo que es aceptable o lo que está mal.
Los judíos, como sucede a muchos de nosotros, imaginaban que podían mostrar superioridad si cumplían las normas mejor que otro. Siguiendo este pensamiento, cuando Dios presenta la salvación por gracia, como un regalo inmerecido imposible de alcanzar por obras, podemos seguir pensando erróneamente que nuestras obras nos pueden dar gracia ante Dios. Estos cristianos judíos de Galacia, habiendo sido rescatados de la condenación de la ley, todavía insistían en someterse a leyes de higiene, comida y ritos. No siendo esto necesario, los apóstoles no ponían pegas, entendiendo que seguir la ley no era incorrecto. Sin embargo, estos cristianos judíos imponían sus principios a los gentiles que jamás habían guardado estas leyes. Veían a cualquiera que no seguía sus normas como inferiores a ellos, y juzgaban a judíos y gentiles, e incluso a ellos mismos se agobiaban, imponiendo aquellas cosas de las que Dios les había librado. La circuncisión era una práctica por la que había división. En la ley judía, los niños varones eran circuncidados al octavo día, siguiendo el rito judío. Cuando un varón no judío se convertía al evangelio, los judíos esperaban que estos fueran circuncidados. Por esto Pablo les dice en Romanos y aquí también que la circuncisión no trae salvación. Dice en Gálatas 5:6 “porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor.”
Y les exhorta en el versículo 1: “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.”
Si eres libre de la ley por Cristo, no te ates a aquellas cosas de las que has sido liberado. Este es el mensaje de Pablo a los gálatas y a nosotros también.
Esto no es una licencia para que cada uno haga según le parezca, sino para recordar que nuestra salvación depende de Cristo, y es un regalo de gracia. El cristiano agradecido hace buenas obras, pero no para merecer favor, sino para mostrar y compartir aquello que ha recibido de Dios. Esto lo vemos en Gálatas 5:13-14, donde dice: “Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros. Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.”
Si somos libres para amar y hacer el bien, ejerzamos la libertad que Dios nos ha dado y dejemos que fluya hacia aquellos que nos rodean, hablando la verdad en amor, recibiendo la verdad con agradecimiento y haciendo el bien unos con otros.
show less
El el capítulo 4 de Gálatas, Pablo lamenta que la relación que había tenido con los creyentes de Galacia se había deteriorado, y los que en el pasado habían admirado al apóstol y lo habían ayudado en su debilidad física, ahora lo despreciaban.
En el versículo 16 Pablo pregunta a los gálatas: “¿Me he hecho, pues, vuestro enemigo, por deciros la verdad?”
Es probable que en alguna ocasión por decir la verdad a alguien, acabemos dañando la relación; y es que la verdad duele. La verdad debe ser dicha, pero con mucho cuidado, porque aún cuando se busca el momento adecuado y se miden las palabras, es posible que la reacción recibida tras decir la verdad no sea la que quisiéramos. Pablo había dejado claro que la ley judía había sido dada al pueblo judío a través de Moisés, como vimos en el Antiguo Testamento. En el capítulo 3 vemos que el propósito de la ley era mostrar la santidad de Dios y el pecado de los humanos, ya que nadie es capaz de cumplir fielmente toda la ley. Cuando no hay normas, no hay infracción, mas cuando se establece una normativa, toda desviación es identificada. Si no hubiera una ley que limitara la velocidad en carretera, no habría multas por exceso de velocidad. Sin la presencia de una ley que prohíba fumar en un espacio público, nadie podría llamarle la atención al que encendiera un cigarrillo. Si no tuviéramos una ley que exige el uso del cinturón de seguridad, no llevarlo sería optativo. Las leyes, por tanto hacen que aquello prohibido o exigido, según sea el caso, defina lo que es aceptable o lo que está mal.
Los judíos, como sucede a muchos de nosotros, imaginaban que podían mostrar superioridad si cumplían las normas mejor que otro. Siguiendo este pensamiento, cuando Dios presenta la salvación por gracia, como un regalo inmerecido imposible de alcanzar por obras, podemos seguir pensando erróneamente que nuestras obras nos pueden dar gracia ante Dios. Estos cristianos judíos de Galacia, habiendo sido rescatados de la condenación de la ley, todavía insistían en someterse a leyes de higiene, comida y ritos. No siendo esto necesario, los apóstoles no ponían pegas, entendiendo que seguir la ley no era incorrecto. Sin embargo, estos cristianos judíos imponían sus principios a los gentiles que jamás habían guardado estas leyes. Veían a cualquiera que no seguía sus normas como inferiores a ellos, y juzgaban a judíos y gentiles, e incluso a ellos mismos se agobiaban, imponiendo aquellas cosas de las que Dios les había librado. La circuncisión era una práctica por la que había división. En la ley judía, los niños varones eran circuncidados al octavo día, siguiendo el rito judío. Cuando un varón no judío se convertía al evangelio, los judíos esperaban que estos fueran circuncidados. Por esto Pablo les dice en Romanos y aquí también que la circuncisión no trae salvación. Dice en Gálatas 5:6 “porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor.”
Y les exhorta en el versículo 1: “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.”
Si eres libre de la ley por Cristo, no te ates a aquellas cosas de las que has sido liberado. Este es el mensaje de Pablo a los gálatas y a nosotros también.
Esto no es una licencia para que cada uno haga según le parezca, sino para recordar que nuestra salvación depende de Cristo, y es un regalo de gracia. El cristiano agradecido hace buenas obras, pero no para merecer favor, sino para mostrar y compartir aquello que ha recibido de Dios. Esto lo vemos en Gálatas 5:13-14, donde dice: “Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros. Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.”
Si somos libres para amar y hacer el bien, ejerzamos la libertad que Dios nos ha dado y dejemos que fluya hacia aquellos que nos rodean, hablando la verdad en amor, recibiendo la verdad con agradecimiento y haciendo el bien unos con otros.
Information
Author | David y Maribel |
Organization | David y Maribel |
Website | - |
Tags |
Copyright 2024 - Spreaker Inc. an iHeartMedia Company