MelP_673-Cantares_2_16
Sep 11, 2024 ·
2m 30s
Download and listen anywhere
Download your favorite episodes and enjoy them, wherever you are! Sign up or log in now to access offline listening.
Description
«Mi amado es mío, y yo suya; El apacienta entre lirios.» (Cantares 2:16) El Cantar de los cantares es una canción poética que exalta el regalo divino del amor, lo...
show more
«Mi amado es mío, y yo suya; El apacienta entre lirios.» (Cantares 2:16)
El Cantar de los cantares es una canción poética que exalta el regalo divino del amor, lo que Salomón describe como “la llama de Jah” o Jehová (8:6 ver la Biblia de las Américas). En primer plano, la canción contempla el amor entre Salomón y la sulamita, pero los principios que expone el libro son aplicables también al amor que debemos vivir con Dios. Tres veces a lo largo del libro, la sulamita expresa una simple verdad que es el resultado del amor: la pertenencia mutua (2:15, 6:3 y 7:10). El amor bíblico siempre produce una atracción que provoca una unión. Es precisamente lo primero que vemos del amor entre Adán y Eva en Edén: “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne” (2:24). Cuando Cristo nos recordó que el mandamiento que mejor resumía toda la Ley era amar a Dios como a nosotros mismos (Mateo 22:37), las implicaciones de ese amor nos llevan en la misma dirección. Si verdaderamente amamos a Dios, debemos llegar también a sentir lo que expresaba la sulamita aquí: Mi amado es mío y yo soy suyo. El amor a Dios debe llevarnos a una entrega total, en que reconocemos que pertenecemos a nuestro Creador y Redentor. Pero lo más precioso es que también debemos sentir que Él es nuestro.
Busquemos amar más y mejor a nuestro Dios, con todo nuestro corazón, alma y fuerzas. El resultado inevitable será que conforme nos entreguemos más al Amado, notemos más su presencia y amor con nosotros en cada situación de esta vida. (David Bell)
show less
El Cantar de los cantares es una canción poética que exalta el regalo divino del amor, lo que Salomón describe como “la llama de Jah” o Jehová (8:6 ver la Biblia de las Américas). En primer plano, la canción contempla el amor entre Salomón y la sulamita, pero los principios que expone el libro son aplicables también al amor que debemos vivir con Dios. Tres veces a lo largo del libro, la sulamita expresa una simple verdad que es el resultado del amor: la pertenencia mutua (2:15, 6:3 y 7:10). El amor bíblico siempre produce una atracción que provoca una unión. Es precisamente lo primero que vemos del amor entre Adán y Eva en Edén: “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne” (2:24). Cuando Cristo nos recordó que el mandamiento que mejor resumía toda la Ley era amar a Dios como a nosotros mismos (Mateo 22:37), las implicaciones de ese amor nos llevan en la misma dirección. Si verdaderamente amamos a Dios, debemos llegar también a sentir lo que expresaba la sulamita aquí: Mi amado es mío y yo soy suyo. El amor a Dios debe llevarnos a una entrega total, en que reconocemos que pertenecemos a nuestro Creador y Redentor. Pero lo más precioso es que también debemos sentir que Él es nuestro.
Busquemos amar más y mejor a nuestro Dios, con todo nuestro corazón, alma y fuerzas. El resultado inevitable será que conforme nos entreguemos más al Amado, notemos más su presencia y amor con nosotros en cada situación de esta vida. (David Bell)
Information
Author | David y Maribel |
Organization | David y Maribel |
Website | - |
Tags |
Copyright 2024 - Spreaker Inc. an iHeartMedia Company