Números-030 El mal de la ingratitud
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Todos los días nos levantamos, nos arreglamos, salimos de casa para hacer lo que sea que hagamos, volvemos a casa, y seguimos viviendo, comiendo, comprando; seguimos yendo y viniendo, y...
show moreDios nos está instando a ser agradecidas. Todo lo que hacemos, debemos hacerlo dando gracias, gracias porque por la gracia de Dios podemos hacerlo. Gracias porque podemos tener vida eterna en Cristo por la misericordia de Dios. Gracias porque vivimos y no tenemos que pensar mucho en lo que comeremos cada día. Gracias a Dios, Gracias.
En el libro de Números, el capítulo 11 cuando el pueblo está haciendo su primer viaje desde Sinaí hacia Hazelot, lo vemos quejándose. Y nos dice el primer versículo que “lo oyó Jehová, y ardió su ira.” Entendemos que la ira del Señor no es como la nuestra. Su ira es santa, cosa que la nuestra nunca podría llegar a ser. Nuestra ira santa se aproxima a la suya (sin llegar cerca ni por asomo) cuando nos “enciende” ver la injusticia, la violencia, el pecado. Esta indignación nos da la idea de lo que la ira Santa de Dios es, recordando siempre que Dios es sumamente Santo y justo, y que no actúa en venganza como el ser humano podría. Sus acciones son y serán siempre justas.
Nos dice el texto que hubo un incendio en el campamento; no es la primera vez que vemos fuego consumidor en respuesta al pecado. Así que en el versículo dos, el pueblo clama a Dios y nos dice que “el fuego se extinguió.”
Seguidamente nos cuenta Números 11 que los extranjeros que se habían unido al pueblo comenzaron a murmurar, añorando la comida de Egipto. Lo interesante es que a la queja se les unen los hijos de Israel diciendo: “¡Quién nos diera a comer carne! Nos acordamos del pescado que comíamos en Egipto de balde! Sí, has oído bien, dijeron de balde!!! Puede que los egipcios que salieron con ellos sí pudieran costearse la carne y el pescado, pero recordemos que los israelitas eran esclavos en Egipto. Se habían olvidado pronto de su condición. Continuan dando la lista de la comida que añoraban: “pepinos, melones, puerros, cebollas y ajos, y dicen “ahora nuestra alma se seca; pues nada sino este maná ven nuestros ojos.”
Dios les había dado maná el segundo mes de su viaje. Leo el texto de Éxodo 16:
“ Y toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto; y les decían los hijos de Israel: Ojalá hubiéramos muerto por mano de Jehová en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos; pues nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud.”
Esto era después de un mes de haber salido de Egipto. Poco les había durado la felicidad de haberse librado de un yugo opresor en Egipto. Ahora se quejaban, no porque no tuvieran comida, pero quizás lo que habían traído ya se estaba acabando. Tenían miedo y dudaron de que Dios les fuera a dar lo que necesitaban.
¿No somos así nosotras? Aún no hemos notado la necesidad y ya la podemos sentir en nuestras carnes, preocupándonos. ¿Sabes que preocuparse significa “ocuparse de algo antes de que llegue”? el prefijo pre- para indicar “antes”). Cuando nos preocupamos, estamos sufriendo por algo que todavía no ha ocurrido y puede que nunca ocurra.
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Author | David y Maribel |
Organization | David y Maribel |
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